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rodrigovillarrubia6

Con cierto sentido procesional

Ah, la semana santa, ese momento tan especial para los músicos, una semana intensa en la que se ven los frutos de los primeros meses del año, para algunos es el punto álgido de un periodo musical impresionante, para otros es simplemente la primera etapa musical del año, tras la que vienen los nuevos retos del año ¿Para mí? Bueno, me dispongo a contároslo.

Como ya imaginaréis llevamos desde enero preparándonos porque este año no solo tocábamos en nuestro queridísimo pueblo, sino que nos hemos propuesto llevar la música allá donde podamos, y nos quieran, que nos estamos haciendo un buen nombre más allá de nuestras fronteras.


El plan era muy simple: un concierto previo y 6 (sí, 6) días de procesiones, en 3 de ellas jugábamos de visitantes, y en otras 3 de locales, parece fácil, las procesiones de Torre no son tan agotadoras ¿No? Bueno, ahora veréis.

Empezamos con calma, con un pequeño concierto, con una exquisita selección de marchas procesionales, y digo selección porque no había tiempo ni fuerzas para hacerlas todas, que este año teníamos más de 50 preparadas, así que eleginos unas cuantas, algunos habrían querido más, pero como se suele decir “lo bueno, si breve, dos veces bueno”.

Con cantante invitada y todo, y menuda voz, ni el micro pudo resistir la emoción, menos mal que tardó poco en relajarse y todo pasó a sonar como habíamos ensayado, también presentamos una novedad nunca antes vista en nuestros escenarios: el telón; que sí, no es que sea algo de lo que nadie haya oído hablar nunca, pero nunca antes habíamos usado uno, bueno, nunca nos habían dejado, así que lo cerramos antes de que entrara el público para poder colocarnos con calma antes de mostrar el escenario, quedó bastante chulo, sobre todo si tenemos en cuenta que la idea se nos ocurrió a una media hora de comenzar (y que un compañero tuvo que darle al botón y salir corriendo a su sitio para que no se notara).

Ese concierto nos sirvió para probarnos un poco con el público antes de las procesiones (y para nuestros pobres cellos, que si no se tiran meses ensayando y no se lucen, que todavía no sabemos como hacer una silla propulsada que avance en procesión), siendo sinceros mucha gente no vino, pero aprendimos una cosa: un poco antes de Semana Santa la oferta de conciertos y otras actividades temáticas se dispara, nota archivada, el año que viene innovaremos para que nuestra idea destaque sobre las demás.



Y al autobús, primer destino: Ajalvir, sábado de pasión (sí, también hay procesiones antes del domingo de ramos), para muchos iba a ser su primera procesión real y eso siempre impone un poco, les surgen las clásicas dudas de antes de un concierto, sumadas a unas pocas específicas de las procesiones: ¿Y si me equivoco y se nota mucho? ¿Y si me choco con el de delante? ¿Y si se me caen las partituras? ¿Y si de repente aparece un grupo de mariachis y quieren que toquemos juntos “Canta y no llores”? (podría pasar) Por fortuna no ocurrieron esas cosas, bueno, al menos las más graves, aunque debo contaros una cosa, nuestros compañeros cofrades sufrieron varias bajas por lesión poco antes de la procesión, así que no puedo menos que felicitar su dedicación y esfuerzo en llevarla a cabo a pesar de esos imprevistos, claro que eso hizo que tuvieran que descansar más a menudo de lo previsto, y cada nueva marcha para nosotros fue como empezar en frío, pero bueno, cosas del directo.

Tras el estreno procesional vino un pequeño momento de relax, en forma de 8 horas de sueño antes de volver a salir a las calles, esta vez tocaba tocar en casa, literalmente, pasamos por la puerta de la casa de más de uno, afortunadamente nadie aprovechó la ocasión para parar a comprobar si se había dejado la luz del baño encencida, no es que haya mucho más que decir de la procesión, fue muy corta, aunque no batimos el record de los 100 metros paso, lo dejaremos para la próxima ocasión, lo que no dejamos para otra ocasión fue el tradicional aperitivo de después de la procesión, momento en el que uno de los recién incorporados a nuestra familia musical me dijo: “Estoy aprendiendo más esta semana que los meses anteriores”, la verdad es que la frase me hizo recordar alguna de mis primeras procesiones, en aquellos tiempos en los que no solo no tenía ni idea de cómo narices se hacía eso de andar midiendo las blancas y siempre estar pendiente de los compañeros para no perder la posción, y por eso decidí dejarla aquí como testimonio de algo que bien podría haber dicho yo aquel entonces, pues sí, en el fragor de un concierto (o una procesión en este caso) es donde mejor se forja un músico.

Y llegó el día duro (bueno, el día “bastante más duro que los otros días duros”) el miércoles, en Alcalá, nuestra procesión más larga, a la hora más tardía y en el lugar nuevo (que no habíamos tocado allí antes) ¿Me dejo algo? Ah, sí, la televisión estaría allí, creo que con eso ya está todo dicho. El publico era tan abundante que en un momento temimos que hiciera falta tomar medidas para evitar que se nos colara gente por medio de la procesión, incluso se llegó a dar la orden de placar a todo aquel que intentara cruzar siempre que no llevara un instrumento o una placa de policía (que está feo ir derribando músicos o policías), durante la procesión nos sentimos muy acompañados, a pesar de ir al final y notar cómo la multitud se va difuminando (ah, es que este año hemos cambiado la formación, ahora los metales vamos detrás, según me dijeron es la última moda) el público fue el mayor que habíamos tenido en una procesión, al menos que yo recuerde, no dejaré de mencionar tampoco el buen trato que recibimos de la cofradía de Alcalá, a ver, las demás tampoco nos trataron mal, pero es que el bocadillo tras 5 horas de procesión y siendo la una de la madrugada sabe mucho mejor, especialmente si no has cenado y te espera todavía algo más de una hora para volver a casa.


No me estoy olvidando del jueves, de verdad que no, pero le he dado tantas vueltas a qué poner que no se me ocurre demasiado, y no es que fuera mal, o aburrida, la verdad, pero sí que fue tranquila, creo que aprovecharé este día para contaros alguna otra cosa, como que esta semana fue el debut de varios compañeros dirigiendo procesiones, seguro que recordáis nuestro increiblemente novedoso proyecto de subdirectores (el nombre meh, pero la idea es buena), pues bien, este año las procesiones en el pueblo las dirigieron varios compañeros que valientemente se han ofrecido para esta tarea, no diré que lo hicieron perfecto (aquí no engañamos a nadie, que entonces no mejoran), pero para ser su primera toma de contacto se defendieron mejor que muchos con más experiencia, eso os lo aseguro.

5º Día: Barajas, un día que a varios nos preocupaba por un motivo muy simple: unos cuantos no podían asistir, y claro, no es que les fueramos a echar de menos (bueno, también, que se les coge cariño al final), es que en una calle no se oye todo igual de bien que en el teatro, y hace falta un poco más de potencia (vale, a los metales no nos asusta eso, que siempre estamos con potencia de sobra), pero eso no iba a dejar que nos arrugáramos, y menos todo el público que nos acompañaba, porque os puedo asegurar una cosa, las calles de Barajas son algo estrechas y se llenan de gente muy deprisa, menos mal que algunas nos las despejaron y nuestro acompañante público esperó pacientemente para seguirnos, como remate del día (o la noche) la cofradía nos dedicó una “levantada” (cuando alzan el paso) y nos felicitaron por la mejora con respecto al año anterior, pero eso no nos basta, así que el próximo año pretendemos hacerlo todavía mejor, no pensamos dejar de mejorar y crecer porque nos lancen halagos.



Y el día peligroso (no más que otros, pero históricamente el día que más percances de salud hemos sufrido): Domingo de resurrección en Torrelodones, para nuestros queridos debutantes igual les sorprende esta afirmación pero los miembros más veteranos sabrán a qué me refiero, pero desde hace unos años hemos conseguido un aliado muy importante para ese día, así es, hablo de EL TOLDO, ese buen amigo que nos tapa lo justo para que a ninguno le de una insolación, la procesión fue breve pero intensa, por otra parte la misa fue extensa y calmada, yo habría elegido unas sillas más cómodas, pero mejor no empiezo a hablar de sillas, que ya se sabe lo que puede ocurrir, en fin, poco más que contar de ese día, la mitad estábamos más pendientes de acabar esa semana agotadora que de otra cosa y la otra mitad…, bueno, entre vacaciones y otros compromisos podría decirse que no estaban, al menos presentes, que siempre llevamos bien presentes a los que no han podido venir, a los se han dado de baja y ya no acuden a los ensayos (la vida a veces complica mucho las cosas) y, por supuesto, a aquellos que ya no están más con nosotros, especialmente a estos últimos, pues son parte de nuestra historia y olvidar lo mucho que hicieron por la música y sus compañeros no es una opción (vaya, al final me he puesto algo solemne).


Mención muy especial a nuestra querida y apreciada División del carrito, que no solo nos acompañaron de forma incondicional en todas nuestras aventuras fuera del pueblo sino que además nos estuvieron proveyendo de toda clase de viandas a lo largo de las procesiones, bueno, a las procesiones que hicimos fuera y a la última, si no hubieran venido más de uno se nos habría quedado por el camino, especialmente alguno de los más jóvenes, que la mayoría estaban programadas a la hora de cenar y eso de aguantar el hambre no lo llevan muy bien algunos, mmm, mejor dicho solo algunos son capaces de llevarlo medio bien.

Y ahora la nota curiosa (nunca mejor dicho), a los que llevan mucho en esta banda (en su etapa anterior a la actual, claro, que en cierto sentido hemos “nacido” este curso) les sonará sin duda la frase “no es Semana Santa hasta que no suena Mater Mea”, pues adivinad que marcha no hemos llegado a tocar ningún día, si esto no es una prueba de que hemos cambiado mucho este año no sé qué lo será.


Pero no solo de procesiones vive el músico (y menos mal) así que dentro de muy poco ( comenzaremos a preparar nuestros próximos conciertos, supongo que podría avanzar alguna cosilla, pero me gusta dejar algo de misterio en el ambiente.


PD: He tardado tanto es terminar esto que aprovecho para invitaros al concierto que daremos en la plaza el próximo 2 de mayo martes a las 12:30 (sí, eso es hoy en menos de 2 horas, espero veros a todos).

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